Por Juan Carlos Iragorri, corresponsal de SEMANA en Estados Unidos
MUNDO. The Washington Post´ dice que media docena de líderes de la guerrilla han muerto por bombas teledirigidas.
La CIA no es la única agencia estadounidense involucrada en el plan. También se encuentra la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés).
Foto: Archivo
Una
gigantesca operación encubierta de la CIA, con un costo millonario y
que empezó a principios de la década pasada, ha servido para que
Colombia haya dado de baja a por lo menos media docena de líderes de las
FARC, incluido `Raúl Reyes´. Así lo afirma este domingo, en un extenso
artícul
o de primera plana, desarrollado en dos páginas y media de la sección principal, el diario estadounidense The Washington Post.
“Las
FARC, consideradas en algún momento como la insurgencia mejor
financiada del mundo, se encuentra en su estado más vulnerable en
décadas, en parte por un programa encubierto de la CIA por el cual han
sido dados de baja al menos media docena de líderes de esa guerrilla”,
explica el periódico con respecto a la Agencia Central de Inteligencia
norteamericana.
Piezas claves en el programa
han sido unas bombas teledirigidas, equipadas con un GPS, cuyo costo
unitario es de unos 30.000 dólares. Tales explosivos se han cobrado la
vida de jefes guerrilleros como el `Negro Acacio´ el 1 de septiembre de
2007 y, seis semanas después, `Martín Caballero´. El operativo en el que
fue dado de baja `Raúl Reyes´ fue diseñado de la misma forma.
La
CIA no es la única agencia estadounidense involucrada en el plan.
También se encuentra la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus
siglas en inglés), envuelta este año en un enorme escándalo tras haberse
descubierto que ha espiado no sólo miles de comunicaciones de
ciudadanos comunes sino también los teléfonos de líderes mundiales como
la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, y la canciller federal alemana
Angela Merkel.
De acuerdo con el Post, “la
asistencia secreta a Colombia incluye asimismo interceptaciones por
parte de la NSA y se enmarca en una iniciativa multimillonaria que
procede de un presupuesto oscuro. No está relacionada con el respaldo
público de unos 9.000 millones de dólares conocido como el Plan Colombia
y que se puso en marcha en el año 2000”.
Según
el periódico, la operación encubierta comenzó extraoficialmente el 13
de febrero de 2003, cuando las FARC secuestraron a cuatro
norteamericanos que volaban en una avioneta en Colombia. Sin embargo, se
oficializó tres años más tarde por cuenta del contacto que un coronel
estadounidense hizo con el entonces ministro de Defensa colombiano, Juan
Manuel Santos, en el que le manifestó la necesidad de mejorar la
tecnología para combatir a la guerrilla.
Convencido
por el coronel, Santos habló con el secretario de Defensa de Estados
Unidos, Donald Rumsfeld, y logró que en junio de 2006 el presidente
Álvaro Uribe consiguiera el visto bueno de su colega estadounidense
George W. Bush. De acuerdo con The Washington Post, fue
decisivo el hecho de que Uribe le recordó a Bush el exitoso operativo
que había concluido con la muerte de Abu Musab al-Zarqawi, líder de Al
Qaeda, como consecuencia de una bomba teledirigida de unos 225 kilos de
peso.
El artículo del Post dice, además, que
Colombia era considerada hace casi una década un Estado fallido, pero
que ha mejorado mucho gracias a la lucha contra el delito.
Para ver el artículo de The Washington Post, haga click aquí:
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